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RIO 1000 Cabin Fish

Navegar nº 117 Junio de 2000

PROGRAMA DE NAVEGACIÓN
El nombre y el aspecto general de este modelo del astillero Rio amagan una cualidad inherente al 1000 Cabin Fish. Por su gran bañera, por los tinteros para cañas de pesca, incluso por su cabina con aspecto más propio de timonera, esta embarcación parece típicamente destinada a la pesca deportiva. Sin descartar esta opción, se le ha dotado con un interior perfectamente compatible con el crucero para poco tripulantes con pernocta fuera del puerto base, o para más personas en salidas diarias.


INTERIORES
El volumen interior está configurado de manera algo peculiar para un tamaño semejante. En la banda de estribor el espacio es completamente abierto hasta la consola de gobierno, que cierra una parte del camarote de proa. En babor, lo primero que encontramos es un mamparo con dos puertas, formando un gran volumen respecto al conjunto de la cabina. Lo demás es completamente abierto.
Dos bancos simétricos, dispuestos en posición transversal, forman junto con una mesa de altura regulable el salón comedor convertible en cama. A proa del conjunto esta el puesto de gobierno interior, y aún más a proa, un camarote. Éste es un espacio abierto, con la cama doble en el lateral, ligeramente angulada para ganar espacio. Bajo ella hay un gran cofre de estiba y, en la banda de babor, un asiento. Entre él y la cocina una mampara transparente hace las funciones de separación física sin romper la profundidad visual del volumen.
El otro camarote es transversal, con la cama bajo el piso de la bañera y mayor independencia al estar completamente cerrado. Dispone de altura en la entrada gracias al aprovechamiento del hueco formado por la escalera que sube al flybridge desde la bañera. Cuenta con un portillo de serie, al que se puede añadir una ventana corredera que mira hacia la bañera, instalada entre dos peldaños del flybridge. Es una opción interesante, pues de otro modo la ventilación resultaría escasa. Como alternativa a este camarote, cabría aprovechar el espacio destinado a la cama como un gran cofre accesible desde la bañera, dejando también un gran armario interior cuya entrada sería la misma del camarote.
El aseo y la cocina se encuentran uno a continuación del otro, en babor. Las medidas de cada uno de estos volúmenes son correctas para el uso al que están destinados, destacando en el aseo la instalación de una ducha fija colgando del mismo techo, en lugar de la habitual manguera extraíble que hace las veces de grifo del lavamanos.


EXTERIORES
La bañera de la Rio 1000 Cabin Fish es muy grande, y está completamente despejada de mobiliario que pudiera entorpecer la circulación. Sólo en la parte más próxima a la cabina aparecen la escalera de acceso al flybridge, de grandes escalones, un discreto mueble con un fregadero y cajones para anzuelos, y otro peldaño en estribor que sirve de acceso hacia la cubierta de proa. Bajo este escalón se ha predispuesto un alojamiento para la balsa salvavidas. A pesar de la gran superficie de piso completamente plano, la bañera cuenta con tres bancos que permiten alojar un buen número de personas. Cada uno de ellos se encuentra adosado a una brazola, dos a las bandas y uno en popa. Los tres son abatibles hacia abajo, y las respectivas patas de soporte se desmontan y guardan en anclajes fijados detrás de cada asiento. Esta disposición resulta muy práctica para convertir la magnífica bañera de pesca en un amplio salón exterior, aunque algo engorrosa si uno pretende montar y desmontar los bancos varias veces al día.
La proa, en comparación con la bañera, es relativamente pequeña. Ello se debe a la disposición avanzada de la cabina, eliminando la opción de un solario. Sobre la cubierta de piso completamente plano sólo hay una escotilla y los elementos de fondeo y amarre, con el molinete, el cofre de ancla, un par de bitas y el botalón. El balcón es muy alto para mayor seguridad, aunque en proa podría estar abierto de manera que facilitase el salto desde el pantalán.
El solario se instala en la parte anterior del flybridge. Se encuentra más avanzado que el puesto de gobierno alto y a resguardo del deflector de aire.
Tiene amplitud, y las colchonetas difícilmente saldrán volando con tan buena protección. En esta parte del barco no hay más asientos que un banco para el piloto y uno o dos acompañantes. Detrás de su respaldo encontramos tres tinteros para las cañas, que se suman a los cuatro montados en la brazola de bañera. El arco de radar remata la parte posterior del flybridge.


NAVEGACIÓN
Los puestos de mando de las dos unidades que probamos difieren un poco: el modelo con motores dentrofueraborda incluye los controles de la altura de colas y de los flaps. Los mandos de la versión con ejes funcionaban con total efectividad, tanto en el flybridge como en el puesto interior, y en su hermano de serie se habían montado controles electrónicos, todavía más finos de movimiento. El asiento del puesto alto permite la regulación en dos posiciones, y dispone espacio adicional para uno o dos acompañantes. Abajo, sin regulación posible, la posición del piloto es totalmente correcta, tanto en cuanto a la accesibilidad a los mandos como a la visibilidad de instrumentos. La visión del exterior pierde un ángulo muerto de unos 30º debido al mamparo que forman el camarote de popa y el aseo.
La colaboración de Rio Ibérica nos brindó una oportunidad que perseguíamos con ahínco, comparando un mismo modelo de embarcación motorizado con ejes y con colas de transmisión.
Con una potencia razonablemente equiparada, las sensaciones son distintas.
En el apartado de las prestaciones se impone con claridad la motorización dentrofueraborda, logrando mayor velocidad máxima (39 nudos contra 31) y siendo sensiblemente más rápida acelerando. Una diferencia que hablando de sus posibilidades reales pierde magnitud, pues casi siempre el mar y el barco acotan las posibilidades de las motorizaciones actuales, que nunca nos cansaremos de considerarlas desproporcionadas por exageradas. Una buena velocidad de crucero para el casco de la Rio 1000 Cabin Fish se sitúa alrededor de los 24 nudos, siempre y cuando la marejadilla no quiera aumentar su protagonismo.
El comportamiento de la embarcación también difiere. Aunque ambas instalaciones gozan de la ventaja del doble motor (estabilidad, seguridad mecánica y direccionabilidad) sus transmisiones afectan a la maniobrabilidad y al asentamiento. La transmisión con ejes realiza giros muchos más amplios, pues los dos timones no son tan eficaces como la colas cuando giramos completamente el volante; sin tener en cuenta la intervención de los flaps, que nuestra protagonista de ejes carecía, el trimado de las colas permite variar fácilmente el asentamiento del barco, tanto la inclinación de la proa como la sustentación de todo el casco, permitiendo sacarlo más del agua y aumentar la velocidad debido su menor rozamiento. El ajuste de las colas y el mejor trabajo de sus hélices permite ajustar la velocidad de planeo, que en nuestra prueba establecimos a unos 17 nudos frente a los 19 con ejes.
La rumorosidad mecánica es muy importante en la sonoridad total del barco mientras navega, y el sonómetro reflejó importantes diferencias, cuantificables entre 5 y 6 decibelios.
Con buena parte de la transmisión colgada del espejo de popa y careciendo de bocinas y arbotantes, las colas ganaron la partida nuevamente.
Pese a carecer de mediciones, nuestras protagonistas no escapaban a la regla general económica que les afecta. Los motores con cola son más costosos de mantener y suelen consumir más combustible. Dependiendo de los precios concretos, de la intensidad de uso y del plazo que preveamos poseer la Rio 1000 Cabin Fish, la balanza se inclinara hacia una de sus opciones.


NUESTRA CR

 

RIO 1000 Cabin Fish
Navegar nº 117 Junio de 2000
RIO 1000 Cabin fish
Nautica, n°128 gennaio 1999
RIO 1000 Cabin fish
Barche fuoribordo, marzo 1999
RIO 1000 Cabin fish
Pesca in mare, aprile 1999

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