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RIO 550 Sol

Navegar, n° 144


El tamaño y la potencia de los motores disponibles no son las únicas diferencias entre estas tres embarcaciones de la gama Sol de Rio.



 


 


 


 


 


 


 


 


 

EXTERIORES

El concepto de las tres embarcaciones es similar, pero el tamaño define en gran medida algunos aspectos. Los modelos 550 y 600 presentan, a grandes rasgos, una imagen más parecida entre ellas, pero con sus respectivos trazos propios. Si empezamos por proa observaremos rápidamente que el modelo menor tiene el balcón cerrado, con una única roldana de fondeo y sin, aparentemente, cofre de ancla. Será necesario utilizar el cofre situado debajo de las colchonetas, con la consecuente incomodidad cuando éstas van montadas. En cambio, en las otras dos embarcaciones se aprovecha el espacio en el triángulo de proa para montar la tapa del cofre, dejando las dos cornamusas de amarre lateralmente debajo del balcón. También destaca en estas dos la roldana de fondeo, sin duda de gran utilidad para evitar el rozamiento del cabo o de los eslabones de la cadena con el gel-coat. De hecho, algo tan simple como dicha roldana contribuye a evitar también lesiones de la espalda, pues sin ella se adoptan posturas forzadas cuando se procura no dañar de la cubierta. Los bancos y asientos también contribuyen a crear distinciones entre las tres Rio de esta prueba comparativa. Observando las cifras anotadas en las tablas adjuntas comprobamos que el banco transversal de popa es prácticamente igual, con una salvedad: en la 450 ocupa toda la brazola de popa, de banda a banda, sin dejar paso alguno hacia las plataformas de popa. La mayor manga de la 550 y, por extensión, de la 600, les permite dejar una porción libre que contribuirá en gran medida a la circulación y, sin duda, a mover bultos pesados como las botellas de buceo con mayor desenvoltura. En lo referente a los bancos en V de proa, proporcionalmente parecen mejor aprovechados los del modelo menor, en parte por carecer de un respaldo que, en su hermana de seis metros, reduce la profundidad de los asientos hasta una cota poco confortable. La embarcación de eslora intermedia presenta una combinación mejor planteada, incluso para la transformación en solario. La mesa de planta circular es más sencilla de poner y quitar, además de ajustar bien con el asiento adosado a la consola de gobierno por su cara anterior. Por lo que hace referencia a espacio de estiba, sin duda la barca grande se lleva el premio, pues además de los cofres incluye un volumen dentro de la consola en el cual podría instalarse un inodoro químico. La altura interior es de un máximo de 130 centímetros aproximadamente, y se dispone de dos estantes laterales para que los objetos menudos permanezcan mejor ordenados.



 


 


 


 

NAVEGACIÓN

Las pruebas de navegación de las tres embarcaciones han sido realizadas en similares condiciones una a continuación de otra, en el Mediterráneo, con ola corta y picada levantada por el viento, típica en bahías relativamente grandes de este mar. Con el mínimo equipamiento y dos personas a bordo, la principal diferencia establecida es la carga de combustible. Con todo, una comparación detallada entre los tres modelos en el aspecto de navegación nos parece poco interesante, pues difieren en eslora y manga, en el desplazamiento y en la potencia del motor instalado. La mayor eslora de la Rio 600 favorece unas características de navegación con puntas de velocidad más altas, alcanzando en este caso el tope de 35 nudos, sí bien la ola existente aconsejaba bajar a un ritmo de una 5.000 vueltas y una velocidad por debajo de 28 nudos para resultar confortable durante un largo rato. En la embarcación intermedia el crucero ha quedado, para iguales condiciones, en un ritmo sobre 4.500 rpm, por encima de 20 nudos con el motor Yamaha de 100 HP. En la menor de las tres, con mucha menos potencia en el motor (40 HP), alcanzamos la máxima velocidad de 24 nudos, siendo imprescindible estar por debajo de 20 para aguantar mucho tiempo el viento y la ola reinantes. El puesto de gobierno de la 450 es el que tiene menos factores en común con los otros modelos. El deflector es plano y vertical, y el banco único para piloto y tripulante dispone un respaldo tubular instalado sobre un arquillo de acero ínoxidable de dos posiciones: para sentarse de cara a la consola, o hacia popa cuando el barco está parado, encarándolo hacía el banco transversal adosado a la brazo la de popa. Las otras dos consolas tienen parabrisas con curvatura respecto de un eje vertical, y dos asientos individuales con diversas regulaciones y pie de tipo pedestal. El asiento del tripulante no queda demasiado bien protegido en ninguna de las dos, apartado ligeramente hacia babor.



 


 


 


 

BALANCE

Nuestra Crítica:

Las embarcaciones abiertas como las tres que se dan cita en esta prueba comparativa suelen ofrecer unas características muy interesantes para la navegación costera de recreo. Por un lado, el mobiliario que integra la cubierta representa el doble papel de aportar rigidez estructural a la vez que funciona como bancos y solario. El volumen interior de los asientos se aprovecha, además, como cofres de estiba, para lo cual se instalan unas tapas articuladas que cubren el hueco de acceso. También aporta rigidez, en este caso a la soldadura de casco y cubierta, el sistema de unión entre ambos a la altura del bordón. En general, la sencillez aparente de estas embarcaciones, que puede aderezarse con otro equipamiento de serie u opcional, no está exenta de requerimientos técnicos amagados a la vista del usuario. La estructura interna del casco debe permitir el paso de las mínimas instalaciones necesarias, como los cables de electricidad, del mando a distancia del motor, y también de conducciones de combustible, pues el tanque de gasolina está integrado en algunos de los modelos de mayor tamaño. Respecto de las características estructurales, de las tres embarcaciones probadas nosotros sólo hemos notado una vibración en el modelo de mayor tamaño y a un régimen concreto, sin haber localizado si se trataba de una pieza sin atornillar del todo o de algún cable que golpeara la fibra con el temblor del motor. Durante la navegación contra la ola descrita en el apartado correspondiente hemos apreciado pantocazos normales, duros por las velocidades alcanzadas, sin más inconvenientes que los referentes a la comodidad de los tripulantes. En este campo detectamos algunas medidas que podrían ganar unos centímetros para aportar mayor confort a los tripulantes. Se trata de bancos cuya profundidad (la medida correspondiente a muslo) está más cerca de 30 que de 40 centímetros, provocando cansancio en las piernas si se permanece mucho rato sentado. Finalmente, los respaldos adosados a la brazola deberían estar montados de serie en todos los modelos que ofrezcan bancos que lo precisen.

RIO 550 Sol
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RIO 550 Sol
Navegar, n° 144
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Yate ottobre 2001
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Barcos, n° 23 febbraio 2001
RIO 550 Sol
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